martes, 14 de junio de 2011

Fantasmas

Hola, millones de seguidores (¿). Me dieron ganas de explicarles un poco mis planes para el futuro, prefiero aclarar cosas antes que pasar a temas nuevos (¿).

Para entender mi presente, hay que saber un poco de mi pasado, trataré de no explayarme demasiado. Y no lo cuento para enumerar sucesos de hechos trágicos de mi vida, que seguramente algún día de depresión escriba algo sobre ellas y las suba.

Cuando tenía 8 años mi mamá falleció de cáncer, así que nos quedamos viviendo con mi papá (tengo una hermana 3 años mayor). El problema es que mi mamá no tenía una relación muy sana con mi abuela. Era bastante obsesiva (Si vieron “La fuerza del cariño” con Shirley McLaine y Jack Nicholson se pueden dar una idea, es bastante similar a mi vida. Sobre todo la abuela. Lo único que nada que ver es que ninguno de mis padres fue infiel, o eso creo. Ahora me dieron ganas de preguntarle a mi viejo, en el transcurso del fin de semana les pregunto y les digo.). Bueno, el tema es que hablaban todo el tiempo, y se podría decir que yo tenía dos madres y ningún padre, no le daban mucho lugar a decidir sobre nuestra educación, etcétera. No sé mi papá si estaba muy interesado tampoco, él estaba sumergido en su trabajo y cuando estaba en casa llegaba agotado. Así que cuando murió mi mamá me tuve que enfrentar a dos cosas: “Conocer” a un padre, y alejarme de mi abuela. Me sentía como un pollito que salía del cascarón hacia el mundo, ellas dos me tenían bastante protegido. Y, obviamente, mi abuela quería quedarse con mi hermana y conmigo (Y yo, por mi parte, con ella). Pero no fue así.

Nos quedamos viviendo con mi papá y con el transcurso de los años la mente de mi abuela se fue “desviando de la carretera” (Paréntesis, muy gracioso que mientras escribo esto empezó la canción “Love you ‘till the end) y empezó a “obsesionarse” con mi hermana y conmigo, especialmente conmigo, yo era el sensible y mimoso (como ella y mi mamá), trataba de estar mucho tiempo y de ir a dormir mucho a la casa. También cabe aclarar la diferencia de edades, para ese entonces mi hermana ya estaba entrando en la adolescencia, estaba rebelde. No tenía ganas de estar con su abuela y dormir con ella. Sigo sin entenderlo igual eh, no la estoy excusando.

Bueno, en fin, pasaron más años y mi abuela comenzó a ponerse un poquito paranoica. Yo tal vez ya tenía 13 años. Llamaba todo el tiempo a mi casa para decirnos siempre lo mismo (si queríamos comida, que nos abriguemos, que cómo estamos). A veces venía a la mañana (porque mi papá trabajaba) y limpiaba y ordenaba. Eso a mi papá le molestaba mucho (De por sí antes de la muerte de mi mamá no se llevaban bien) y generaba muchas peleas. Pero mi abuela no escuchaba, no entendía.

Si, tal vez si lo leen piensan que es genial que les dé comida, facturas todo el tiempo y les ordene. Pero no, no era lindo. Hubo veces en que he tenido que cerrarle la puerta y decirle que se vaya, pensando que de esa manera la ayudaba. Era una situación que yo no podía manejar pero era el único interesado en resolverla.

Bueno, al tiempo la situación no pudo manejarse más, mi abuela en dos ocasiones habló de mi mamá y de mi abuelo como si estuviesen vivos, ya nos estaba preocupando y haciendo sufrir demasiado a todos, así que decidimos mandarla a un hospital psiquiátrico y luego a un jeriatrico.

Ok, me estoy yendo al carajo, no sé ni por qué terminé contando todo esto. El tema es que en el 2010 mi abuela falleció (Perdón, pero debo hacer otro paréntesis, medio largo pero es algo que me interesa mucho. Y es la intuición, sentir algo en el corazón. En el momento en que mi mamá falleció todos trataban de convencerme de que era sólo uno de los desmayos habituales. Nadie estaba seguro de si había fallecido o no. Y yo había presenciado muchos de éstos. Pero esta vez estaba seguro que no se había desmayado, lo sentía en mi corazón, y trataba de hacerle entender a toda mi familia que no se había desmayado. Y tenía razón.

Con mi abuela me pasó algo similar. Al ir al colegio siempre pasaba por afuera del hogar de ancianos, y un día ví una ambulancia afuera. Ok, es bastante alarmante, pero yo estaba seguro de que era mi abuela. Llegue al colegio y casi no saque nada de la mochila, porque sabía que me iban a venir a buscar porque mi abuela estaba en el hospital. Y así fue. Es muy loco.) y mi hermana y yo quedamos como herederos. En ese momento la casa ya estaba en alquiler, asi que el dinero estaba destinado a mi hermana porque estaba estudiando en la ciudad. Ahora el dinero del alquiler es casi dividido en dos, entre mi hermana y yo. Eso es una gran ayuda para mí porque me sustento por mi cuenta propia, al no tener una buena relación con mi papá. Estoy trabajando y haciendo inglés (que bastante caro es), y en el trabajo gano muy poco, y a eso hay que restarle el pasaje del bondi hasta que llego. Asi que “por suerte” tengo otra ayuda dineraria para pagar mis cosas, que es parte del alquiler de mi abuela.

Creo que voy a tener que dejar el tema de mis futuros estudios para la próxima entrada, ésta ya se me hizo muy larga sin darme cuenta, pero bueno, son cosas de mi vida y éste blog es una especie de “diario intimo”, así que si un día quiero hablar de mi abuela, o de algún sueño raro que tuve, debo contar la situación previa para que se pueda entender. Así que acá conté una parte de mi historia, familiar, claro.

domingo, 12 de junio de 2011

Resurrección

Acabo de leer mi blog anterior y me llenó de nostalgia, pero también de ganas de escribir. Amo escribir, soy de los que escriben de una sin releer todos sus pensamientos. Y eso me hace muy bien. Me hace darme cuenta de muchas cosas que pasan por mi cabeza y no tenía la más puta idea. De esa manera como que hago catarsis, me desahogo de muchas cosas y puedo expresarme. Esa es mi única manera: escribiendo. Así que aquí estoy, abriendo un nuevo libro que vaya a saber quien a dónde me dirigirá y que contendrá. Yo me mando, a ver que pasa.
Esperemos que lo pueda mantener, siempre fuí bastante un desastre en eso. Principalmente por falta de incentivo, y después porque no me lo tomaba en serio. Me daba pudor publicar detalles míos, así que optaba por escribir o subir alguna letra de una canción que me identifique, y mis textos los guardaba en el cajoncito de la mesita de luz.
Pero ahora ese cajón está lleno, y siento como una... bomba que está por explotar adentro.
Y no quiero que explote, pero tampoco quiero tener más una bomba. Quiero estar en paz. Obvio que seguramente es muy difícil estar en paz, pero creo que nunca lo estuve porque nunca realmente lo deseé. Me gustaba sufrir y dar lástima.
Ahora no. O no tanto. Hay una diferencia entre dar lástima y contarle algún problema a algún amigo. Antes era la primera opción, ahora se podría decir que la segunda, que cuando la bajo es porque quiero hablar con algún amigo.
En fin, vamos a lo básico (?) para poder seguirme el mambo (y ahora reviso datos, fechas y hechos importantes de mi vida): Soy Martin, vivo con mi hermana en un mini departamento. Mi viejo vive a 70 km con su pareja, no tengo mamá. No estoy estudiando nada (bueno, inglés, pero no a nivel super profesional), quiero estudiar, pero no sé qué ni donde. Es complicado para explicarlo y ésta entrada ya se me está haciendo bastante larguita, así que otro día le dedico una a mis futuros estudios. Tengo amigos hermosos y una tía a la que le debo la vida. Básicamente vivo del pasado, reciente o no. Si es pasado, me viene bien. Odio eso, pero no puedo cambiarlo. No se me ocurre nada más. Ah la entrada anterior fue un cuentito que hice para lengua el año pasado. Ah, y hace 2 semanas me hice vegetariano! Punto a favor ^^.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Janis y yo (Me and Bobby McGee)

Hoy se cumplió un aniversario mas de la muerte de mi mejor amiga, la grandiosa y siempre reina Janis Joplin. Pensé que iba a estar bien, pero al ver su legado, su historia, al verla a ella, me llega una malea inmensa. Y por eso siento la necesidad de hablar de ella, de nuestros años de amistad, nuestros años dorados.

Yo iba al colegio desde pequeño con Janis, pero desde el año 1957 nos hicimos amigos realmente cercanos. Compartíamos las mismas ideologías, y frecuentábamos a los mismos bares. Los dos deseábamos el amor y la paz mundial, aunque todavía ese fenómeno no se había desatado completamente. Ese año empezaron sus primeros trastornos de personalidad relacionados con el aspecto físico. Tenía tendencia a engordar, y el acné le marcaba el rostro. Se podría decir que yo era su único amigo, ya que era una chica solitaria, que se refugiaba en la música, la pintura y la poesía. Las burlas del resto de nuestros compañeros de clase provocaron que evitara mirarse al espejo y le confirieron a su carácter una gran rebeldía. Recuerdo que una vez fui castigado por un mes después de pegarle a varios compañeros por burlarse de ella.

Desde aquel año nos hicimos verdaderos amigos, a tal punto que estábamos la mayor parte de los días juntos. Ella era una chica con gran cantidad de problemas, en su hogar y en la escuela. La música era su única forma de desahogarse. La música y el alcohol. Esas eran las dos cosas que más en común teníamos.

En 1963 nos mudamos juntos a la ciudad de San Francisco. Yo quería estudiar abogacía, y ella probar suerte como cantante y compositora. ¡Y la tuvo! ¡Oh si, que la tuvo! Lástima que la haya tenido sólo como cantante.

Fue en este periodo cuando comenzó el contacto con la droga y se sumió en un estado de abandono, llegando a pesar 35 kilos. Al juntarme mucho con ella, obviamente salía de juerga casi todas las noches de la semana, fumábamos, tomábamos alcohol y drogas, y cantábamos.

Al preocuparse por su salud, en 1965 anunció entonces a su familia que volvería a sus estudios universitarios, y que se casaría con un hombre que había conocido en San Francisco, conocido como Peter LeBlanc. La familia se encontraba bastante orgullosa de ésta decisión, le incomodaba el hecho de que se casara pero los aliviaba el saber que reanudaría a sus estudios, para ellos era señal de que su pretendiente era buen mozo.

A mala fortuna de Janis, el enlace no tuvo lugar, ya que Peter la abandonó y esto marcaría aún más su inseguridad afectiva y su sentimiento de soledad. Yo muchas veces traté de ayudarla escuchándola, en cualquier estado, pero ella se rehusaba, no quería hablar. Sólo lloraba, desahogándose en sus canciones. Y yo la acompañaba, la entendía, hacía lo posible.

Allí volvió a su vida anterior, arrepintiéndose de haber querido estudiar en una universidad. Comenzo a cantar con una banda, Big Brother and the Holding Compañy , en 1966. Ellos tocaban junto a grupos psicodélicos, o al aire libre. Eso era grandioso, amábamos la la libertad creativa de la escena musical en San Francisco. Luego de participar en un festival junto a otros cantantes mundialmente conocidos, como Jimi Hendrix, fueron contratados por el productor Bob Dylan. Yo siempre le comentaba, su prescencia elipsaba la banda, ella era mucho más. Era una reina. Su manera de desenvolverse en el escenario, su sentido del humor. Y siempre me dejo acompañarla. Era un hecho algo increíble, venir de un pueblo y sin pensarlo tener una amiga famosa. Pero así fue, y eso no era nada.

De esa manera firmo su primer sello discográfico. A los tres días ya era disco de oro. Es que su voz era tan poderosa, era algo del mas allá, muy difícil de explicar.

Al poco tiempo firmo su segundo sello discográfico, siendo ya protagonista de las revistas más famosas, como “Rolling Stone”. Viajaba mucho, en su camioneta, con su banda. Al ver el dinero que comenzó a ganar, me propuso que dejara mis estudios y que sea su compañera fiel, prometiendo darme dinero para solventar mis gastos. Era una propuesta muy tentadora, al ver yo el dinero que ganaba pensaba que no se iba a acabar, y quien sabía si tal vez podía ser famoso. Accedí a su propuesta, y fui con ella a todos lados, a todas sus giras y conciertos, a todos los bares. La acompañe en todas las botellas de whisky y en la cantidad innumerable de todo tipo de drogas.

En 1969 todo comenzó a cambiar drásticamente. Ella, y su banda ya eran mundialmente famosos. En abril, fuimos todos de gira por Europa, pasando por Frankfurt, Estocolmo, París, Londres, y algunos lugares más. El público allí la acogió muy calurosamente al regresar a EE.UU. comentaba que el mejor concierto que había dado en su vida fue en Londres, donde la audiencia se volvió loca.

En ese año, a causa de la presión, se hizo adicta a la heroína y comenzó a prodigarse en entrevistas, en las que terminaba hablando de su vida y de sus sentimientos. No era algo que yo le recomendaba, todo lo contrario. No me gustaba que haga pública su vida privada. Pero las entrevistas, todo lo que se relacionaba a su música la podía. Era una fuerza más grande que ella misma.

En Julio, en una de sus innumerables confesiones, dijo que "hacía el amor con 25000 personas en el escenario y luego se volvía a casa sola...". Y en cierta forma, tenia razón.

Yo siempre la acompañaba, al igual que su banda, al igual que su manager, pero nunca la acompañaba un novio, tampoco. Nadie que le demuestre amor, en una manera diferente al que le demostrábamos nosotros.

No se respetaba a si misma, su vida sexual también se hizo caótica, manteniendo relaciones con numerosos hombres y mujeres en lo que se calificaban de "orgías animales". Pero eso no era lo que ella quería, y lo sabía muy bien. Yo también lo sabia muy bien, ¡Les juro que trate de hacerle entender el mal que se causaba! Me decía que entendía, pero seguía.

Eso le causaba una gran desconfianza en si misma, y cada vez dependía más del alcohol y de la heroína. Pero sin embargo se había convertido en un símbolo de fuerza y de rebeldía para muchas mujeres de su época, que se identificaban totalmente con sus letras, o les daba fuerza al ver a una mujer rockeando.

En agosto llego un acontecimiento con gran importancia a nivel mundial: El festival de Woodstock. Los tres días de amor y paz.

A finales de ese año comprendió que la relación que tenia con la banda no era la misma que la mía. Era una relación profesional, no familiar en cierto modo. Porque, su verdadera familia ya había desaparecido, ella era una vergüenza para sus padres y demás.

Se notaba que no se encontraba bien, ni física ni psicológicamente. Su único escape era la música, y la heroína. Esa que la ayudaba tantas veces al día. Yo no puedo negar que no la he probado, pero la manera en la que Janis consumía era increíble.

A finales de ese año decidió separarse de la banda.

Juntos nos fuimos de viaje a Rio de Janeiro. Yo se lo había propuesto hace un tiempo ya, para que sea una manera en la que Janis pueda desintoxicarse y tomarse un descanso. Pero por fin asintió el momento en el que dejo la banda.

Cuando estábamos allí, ella conoció a un hombre. David Niehouse se llamaba. Se vieron unas cuantas veces y se enamoraron rápidamente. Allí entendí que estaba de más, así que decidí volverme a San Francisco. Ellos estuvieron unos meses por la selva de Brasil viajando como dos viejos en la carretera y al volver a San Francisco, David se instaló en casa de Janis.

Al estar mucho tiempo con el nosotros dejamos de frecuentar tanto como antes. Pero no era algo que me molestaba, en lo absoluto. Ahí la veía bien, feliz, enamorada. Sin drogas.

Una mañana me telefoneó contenta, diciendo que quería volver a Port Arthur, su pueblo, a ver a su familia. Se encontraba bien, quería hacer las paces. Con su familia, y con Dios.

Pero no fue bien recibida, sus padres no aceptaban de ningún modo su modo de vida, y hasta se marcharon antes de que ella llegara. Su madre incluso llegó a decir que lamentaba que hubiera nacido. Y este fracaso fue magnificado en los medios de comunicación. Fue un desafío que se volvió contra ella.

Si alguno hubiese podido escucharla esa misma noche cuando me llamo, tan dolorida y abatida. Pero decidió seguir adelante, claro que si. Siempre pensé que mis palabras de consuelo de algo le servían.

También se separo de David. Él quería viajar, ella concentrarse en su música, ahora sobria. Y él viajó, como deseaba.

En una fiesta, ese mismo verano, conoció a Seth Morgan y se enamoró de él. A mi mucho no me gustaba Seth. En realidad, creo que ya no quería que ningún hombre se le acerque a Janis. Ni mujer. Ninguna persona. Tenía miedo de que le hagan daño de nuevo. Tenía miedo de cómo podría ella llegar a reaccionar si esto pasaba.

El día en que me conto lo de Seth creo que comprendí que estaba enamorado de Janis. Enamorado de mi mejor amiga. Pero cuando me di cuenta, ya era demasiado tarde.

El 4 de Octubre a la tarde fue a mi casa diciéndome que había sido un buen día en el trabajo. Se encontraba trabajando en un nuevo disco, llamado Pearl. Dentro de éste había una canción que me dedico, titulada “Me and Bobby McGee” (Yo, y Bobby McGee). Aun ahora cuando la escucho alguna lágrima se derrama por mi rostro.

Esa noche me invito a festejar el día de trabajo, pero no pude ir porque al día siguiente debía madrugar. Como era previsto, una copa paso a otra. Y así sucesivamente, y Janis acabo borracha.

Al día siguiente me llamo la policía, diciéndome que encontraron su cadáver en su departamento. Janis tuvo una sobredosis de heroína. Ya había pasado por situaciones similares a ésta, y siempre estuve para ayudarla. Pero esta vez no, esta vez no.

Quede totalmente perplejo, pues Janis no consumía mas, estaba en la mejor etapa de su vida.

Renuncie a mi trabajo, y a mi vida social, por un tiempo. Solo estuve encerrado, en mi casa, totalmente deprimido. Sin comprender el porqué de la muerte de mi amiga de 27 años, y culpándome por ello.

Al tiempo su cuerpo fue incinerado en Westwood y le arrojamos sus cenizas al océano Pacífico en la playa de Stinson. Antes de arrojarlas, tomé una pequeña cantidad, y me la trague. Decidí mantenerla siempre en mi cuerpo, además de en mi alma.

Al ver su testamento, nos sorprendimos con otros dos amigos de ella al ver que dejo diez mil dólares para festejar su muerte con una fiesta salvaje.

Le hicimos caso, hicimos una gran fiesta. Mucha gente consumió alcohol, pero esa noche no vi drogas. La gran mayoría la paso fenomenal, pero yo no. Su ausencia se notaba, ¡y cómo!

Esta de más decir que siempre estará en mí, siempre la recordare, tanto en sus canciones como en las millones de cosas que hemos pasado. Solo que… siempre me queda la angustia de que podríamos haber pasado millones mas.

Bobby.